www.elmundofinanciero.com

¿Están las vacaciones sobrevaloradas?

¿Están las vacaciones sobrevaloradas?
Ampliar

· Diario de un Peregrino. Capítulo 10°. Itero de la Vega - Calzadilla de la Cueza. 49 kilómetros

jueves 07 de agosto de 2025, 21:23h
Escuché hace unos días que las vacaciones están sobrevaloradas. Creo que lo dijo el bueno de Núñez Feijoo. Me ha dado que pensar estos días, haciendo largas y silenciosas caminatas por el sendero francés del Camino de Santiago, en el asunto. Le he dado algunas vueltas al tema a la espera del beneplácito de tan preciado medio para redactarlas. No ha hecho falta estrujarme mucho la sesera para extraer con prontitud un par de interesantes conclusiones. Es lo que tiene caminar durante horas y en silencio, que te permite lo que impide la rutina, pensar. Sin duda, el mayor peligro al que se enfrenta cualquier organización política que quiera perdurar en el tiempo. Y quizás por ahí podríamos empezar a entendernos en este asunto tan manoseado.
¿Están las vacaciones sobrevaloradas?
Ampliar

Tuve la suerte de que VozPopuli confiara en mí para publicar dos artículos sobre la introspectiva que debería suponer emplear el poco tiempo de ocio que la realidad nos deja libre, sacrificándonos durante tantos kilómetros, más aún cuando a partir de las 12 del mediodía viene cayendo la mundial sobre los hombros de cualquier valiente que se atreva. Me invitan de nuevo a continuar. La cosa tiene su miga, porque sólo el mago de la palabra puede dotar de sentido tan manifiesto compromiso.

Cumplo hoy 10 días en el Camino. He alcanzado el ecuador, quedándome por tanto menos de 400 kilómetros para pisar la gran catedral de Santiago de Compostela. Si hubiera seguido los parámetros establecidos estaría en la etapa 10. Duermo en Calzadilla de la Cueza, parte final de la 17° etapa. Saca conclusiones. Me ha dado por actuar por libre, ¡que le vamos haver!. Me encuentro fenomenal y estoy sacándole el jugo que buscaba a esta bárbara experiencia. Las vacaciones no están sobrevaloradas, si lo hiciéramos bien estaríamos siempre buceando en ellas, sin tener por ello que perder la perspectiva del sentido común.

Lo que preocupa a la clase política, la de cualquier lado, es que nos tomemos el suficiente tiempo, como para concluir que la vida es algo que va mucho más allá de rojos y azules, de izquierdas y derechas. Es la oportunidad que se nos ha brindado para comprender, antes de que sea tarde, que tenemos el derecho de ser felices y no vivir nuestra única posibilidad sumidos en la estupenda rueda del ratón que algunos han ideado para nosotros, nunca para ellos, desde que empezamos a respirar. Nacer es empezar a morir, dijo Que eso. Y algunos se lo hab tomado muy a pecho.


Esa es la clave de bóveda que te ofrece el Camino de Santiago. Resulta bastante inocente pensar que es un placer caminar un puñado de kilómetros diarios bajo el sol, simplemente porque sí. La magia del Camino está en todas esas circunstancias que nos sacan de nuestra rutina, nos enfrentan a nuestras dudas, nos invitan a resolver las incertidumbres del día a día y nos muestran la imagen de ese destino que está en nuestras manos alcanzar. Si todos entendiéramos este axioma, se acababa el cachondeo y la vidorra que se pega la clase política a nuestra costa.

Me decía un peregrino que el Camino no resuelve un problema, te enseña a afrontarlo. No es una máquina que pueda dar marcha atrás a nada, pero sí un período de reflexión que nos permite conocernos. Un tiempo que nos enseña a hablar hacia el interior. Un recorrido sobre todo lo que está fallando en nuestra vida, invitándonos a ponerlo negro sobre blanco y asegurarnos que que tenemos firme voluntad de cambiarlo. Variar el rumbo.

Entiendo las palabras de Feijoo, seguro que las ha dicho sin mala fe, aunque poco me fio ya de ningún político. Por contra, seguro que Sánchez estaba deseando que llegara este momento para escaparse de las portadas de los medios, aun sabiendo que eso es imposible. Su círculo vicioso está demasiado cerrado. Por eso Feijoo no quiere vacaciones, juegan contra sus intereses, pero no contra las del resto de españoles, hartos de unos y otros, y seguramente muy cansados de su rutina. ¿Qué nos jugamos que el dia que gobierne el PP, su líder, que entonces será presidente del gobierno, ya no piensa así?

Ese mismo peregrino, que en su día fue un empresario con más de 500 trabajadores a su cargo, se arruinó. Fue su tabla de salvación sin saberlo. Se refugió en el Camino. Dormía en la calle a diario y nunca dejó de viajar a pesar de su situación. Conoció a la que hoy es su mujer y vive en armonía, completa paz y radiante felicidad en un pueblecito de la Palencia interior. Ahora no lo cambia por nada. Sólo reniega de no haber abierto antes los ojos. Conocerle y escucharle, ha sido mi gran suerte del día. El premio que me ofrece el Camino cada dia cuando menos me lo espero. Su compañía durante 10 largos kilómetros bajo el majestuoso sol del mediodía, dan para un libro.

Una jornada que empezaba muy temprano, cada día más porque así se disfruta mucho más del Camino, salía, junto a Fernando y Claudia, los nuevos amigos peregrinos que sumo cada día a mi agenda, a las 6 h del albergue La Mochila en Itero de la Vega. Gestionado por lo que hasta ahora habría llamado un grupo de perroflautas y que desde hoy llamo chavales que buscan su oportunidad, nos marchamos con la sensación de haber estado muy bien atendidos. Dormir, cenar, desayunar y lavadora, por 31 euros. Y encima ellos más felices que tú. Hay muchas enseñanzas esperándonos agazapados.

Después de unas primeras ocho noches en las que siempre he tenido las mantas a mano, esta ha sido la primera en que no hemos pasado frío. La noche estrellada permite caminar sin luz frontal por los anchos senderos que en Castilla y León no tienen pérdida. Empieza amanecer, y no parece que hoy vayamos a tener la suerte del cielo encapotado de otras jornadas, por lo que el


primer placer matinal es disfrutar del alba y el amanecer camino de Boadilla del Camino.

Un largo recorrido junto al Canal de Castilla, alegra la vista y aligera el paso. Una vez pasado Fromista cambia la historia. Así es el Camino. Los siguientes 15 kilómetros, hasta llegar a Carrión de los Condes, transcurren junto a la nacional. Nada destacable excepto el calor y la nula posibilidad de encontrar cobijo.

No consiste esta historia en ir saltándose etapas, como hacen muchos al llegar a Burgos, marchando en taxis hasta Ponferrada. Eso no es el Camino. Si lo enfocamos como un atractivo turístico o como un GR más, nos estaremos equivocando. Esto es espiritual, es el sendero del Apóstol, y la magia llega si la trabajas. Miedo me da el momento de alcanzar los últimos 100 kilómetros. Las noticias que llegan no son buenas para el futuro de la peregrinación.

He venido a conocer mis límites. En Carrión llevo 32 kilómetros, 7 horas andando y pasa de la una del mediodía. No lo pienso dos veces y encauzo la salida del bonito y alegre pueblo en busca de Calzadilla de la Cueva. Tiene su riesgo y estoy avisado. Hay ola de calor en marcha y son 17 kilómetros sin nada de nada por medio. De hecho, es el tramo más largo del Camino francés sin ningún pueblo por medio. A mitad de camino descubro que también ha cerrado el único bar ambulante que había instalado a mitad de ruta.

Llego a Calzadilla de la Cueza bastante fundido y con las ampollas pidiendo algo de tranquilidad. Un italiano que debería haberse quedado en su país, me recibe en la puerta del único albergue abierto con cara de asesino. Lo acabo de despertar. Me marcho. La noche me va a costar un poco más, pero mi tranquilidad también lo vale. Es el Camino, provee y quita a partes iguales.

¿Están o no las vacaciones sobrevaloradas?. Decidelo tú. El Camino de Santiago es una experiencia incomparable para conocerse. Ya no hay enfados ni mal humor, sino indulgencia hacia los demás. Te lo recomiendo.

¿Están las vacaciones sobrevaloradas?
Ampliar
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)
Compartir en Meneame enviar a reddit compartir en Tuenti

+
0 comentarios