Por eso mismo, en Moncloa suelen estar más atentos a los resultados electorales de la Comunidad foral de Navarra. Con el gobierno de Pedro Sánchez, los partidos socialistas (PSOE y Podemos), independentistas (Geroa Bai, la marca del PNV en Navarra) y filoetarras (EH Bildu) han hecho realidad parte de las propuestas que históricamente habían hecho al gobierno central. En los últimos meses, estos partidos (sobre todo Bildu) han presionado al Gobierno de España para conseguir ciertas medidas a cambio de votar en favor de Sánchez en algunas votaciones en el Congreso (como los Presupuestos Generales del Estado o la Reforma laboral). Entre estos obsequios que el presidente del Gobierno ha hecho a los partidos secesionistas navarros está el traspaso de las competencias de Tráfico y Seguridad Vial de la Guardia Civil a la Policía Foral, la retirada de conciertos de los colegios vinculados al Opus Dei o que los impuestos a la banca y las eléctricas se gestionen desde Navarra.
De cara a los comicios de mayo, el futuro que espera a Navarra no parece ser mucho más esperanzador para el sector conservador de la Comunidad foral. Se han publicado varias encuestas, y, con sus debidos matices, todas auguran un reparto de escaños similar. La izquierda, en concreto María Chivite (Partido Socialista Navarro), seguiría gobernando Navarra, aunque necesitaría pactar con Contigo Zurekin (coalición entre Podemos, Izquierda Unida y Batzare), Geroa Bai y EH Bildu. Es casi seguro que Chivite deberá ser investida por sus socios habituales para gobernar durante una legislatura más (sin embargo, el PSN ya ha adelantado que no pretende formar un gobierno en coalición junto a Bildu). Cabe recordar que el PSOE gobierna en diez de las doce comunidades en las que hay elecciones autonómicas el domingo 28 de mayo.
Otro partido que se postula como candidato a la presidencia de Navarra es Geroa Bai, a quienes las encuestas otorgan entre 7 y 10 escaños (cuentan con 9 en la actualidad). Uxue Barkos, su candidata, ya fue presidenta de la Comunidad foral entre 2015 y 2019, por lo que conoce los intereses de los navarros y las estrategias que debe seguir para llegar a la presidencia. Barkos es una candidata impetuosa, que dirige su precampaña hacia “recuperar el impulso del cambio”, dado que considera que a lo largo de esta legislatura “ha faltado valentía en la defensa del autogobierno y el interés general de la ciudadanía”, y “en demasiadas ocasiones se ha sido sumiso a los planteamientos de Moncloa y Ferraz”.
Por su parte, EH Bildu es uno de los partidos que tiende al alza según los estudios demoscópicos. Se calcula que de 7 escaños podría subir hasta 9. Este incremento de votos se debe a la relación que los batasunos han estrechado con el Ejecutivo a lo largo de esta legislatura, lo cual les ha llevado a aprobar ciertas medidas que Navarra llevaba demandando desde hacía ya varias décadas (como la expulsión de la Guardia Civil, por ejemplo).
En cuanto a la derecha, UPN es el gran candidato a ganar las elecciones navarras. Unión del Pueblo Navarro sigue siendo la referencia del electorado de derechas, a pesar de la disolución de la coalición Navarra Suma, que integraba al UPN, el PP y Ciudadanos. Este movimiento deja al huérfano al conservadurismo navarro, dado que, aunque UPN sea la fuerza más votada en las urnas, no podría gobernar, a no ser que consiguieran pactar con el PSOE, cosa que parece impensable en el panorama político actual.
Por tanto, UPN volvería a sentarse en la oposición en el Parlamento de Navarra, en gran medida por la separación del bloque derechista, que ha propiciado un fuerte traspaso del voto de UPN (característico por moderado y sensato, pero más conservador que el PSOE) al Partido Socialista. Es más, el PP obtendría entre 3 y 5 escaños, lo cual son unas cifras muy precarias para un partido que cuenta con tanto peso a nivel nacional. Además, no se sabe todavía si Vox va a poder superar el umbral necesario para obtener representación en la cámara, por lo que se espera que se le otorguen entre 0 y 2 escaños.
Las elecciones municipales son otro motivo de disputa en Navarra. La carrera por el Ayuntamiento de una de las ciudades más icónicas de España contará con grandes candidatos. Carlos García Adanero, diputado de UPN expulsado del partido por saltarse la disciplina de voto, se ha pasado al PP para ser el cabeza de lista en las elecciones municipales navarras. Además, Enrique Maya, actual alcalde de Pamplona, no será el candidato de UPN para este mayo y, en su lugar, Cristina Ibarrola tratará de conservar la alcaldía para su partido. Por su parte, el PSOE, presenta a Elma Saiz, actual portavoz del Gobierno navarro.
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