En su declaración, Villarejo ha asegurado que aquella masacre fue un “error grave del señor Sanz Roldán que calculó mal las consecuencias por darle un pequeño susto a Cataluña”. El comisario aseguró que entonces él tuvo que trabajar con el servicio secreto para “intentar arreglar el entuerto” de aquel suceso a pesar de que ha admitido que cuando sucedieron los hechos llevaba ya más de un año jubilado y, por tanto, no estaba en activo.
Tras conocerse el contenido de la declaración del policía, ERC y Junts se han apresurado a solicitar en el Congreso y en el Senado las comparecencias del exdirector del CNI y de varios miembros del Gobierno, entre ellos el presidente, Pedro Sánchez, informa Xosé Hermida. Además, ambos partidos junto a EH Bildu, la CUP, PDeCAT y el BNG han registrado en el Congreso la petición para la creación de una comisión de investigación sobre los atentados. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha lanzado la tarde de este martes un mensaje en sus redes sociales en el que exigía una investigación: “Conocemos bien cómo funcionan las cloacas del Estado”. Por su parte, los grupos de ERC y Junts en el Ayuntamiento de Barcelona, han recordado que en agosto de 2019 se celebró un pleno extraordinario en el consistorio en el que se aprobó (con los votos de los dos partidos y los comunes) la creación de esta comisión parlamentaria, informa Clara Blanchar. “Exigimos la verdad”, ha publicado Junts en su cuenta de Twitter.
No era la primera vez que el policía jubilado hace una insinuación en este sentido. En enero del año pasado, durante el juicio que se siguió contra él en los juzgados de lo Penal de Madrid por denuncia falsa y calumnias al exdirector del CNI, Villarejo ya apuntó en el mismo sentido. Entonces se celebraba el juicio contra los tres miembros de la célula terrorista que seguían vivos tras cometer los atentados y las defensas de estos pidieron que el policía compareciera como testigo. El tribunal lo rechazó al considerar que “lo que diga ese señor o cualquier otro señor por ahí no afecta al juicio”. Los terroristas fueron finalmente condenados a penas de entre 8 y 53 años y medio.
En 2019, Villarejo ya intentó una maniobra similar con otro atentado, en esta ocasión con los atentados yihadistas del 11 de marzo de 2004 de Madrid, en los que fueron asesinadas 192 personas. Entonces, el comisario declaraba como imputado por los trabajos presuntamente irregulares que había hecho para el BBVA cuando vinculó la monitorización de 4.000 teléfonos por encargo de la entidad bancaria con la investigación de unos “hechos luctuosos”, en referencia al 11-M, entonces ya juzgados. Tras aquella declaración, envió varios escritos para declarar como testigo y el juez le tomó declaración en marzo de aquel año, a pesar de la oposición de la fiscalía, que daba nula fiabilidad del policía. El comisario defendió entonces que aquel atentado se cerró en falso, que los servicios secretos marroquíes instruyeron a los terroristas. El magistrado volvió a cerrar la causa al considerar que Villarejo no tenía ninguna credibilidad.