Tampoco es la primera vez que el comisario alude a esa supuesta operación contra la Reina para intentar justificar uno de sus trabajos presuntamente irregulares. En febrero de 2021, el policía afirmó ante el juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, que Interior le pidió que ayudara al empresario Javier López Madrid con sus problemas con la doctora Elisa Pinto (y que se investiga en otra pieza del macrosumario) para supuestamente proteger a la familia real, dada la estrecha amistad del empresario con la monarca.
Durante su declaración de este martes, que está previsto que continúe este miércoles, Villarejo ha insistido una y otra vez en intentar descalificar las pruebas que le incriminan a los espionajes y en presentar estos como trabajos oficiales encargados por altas instituciones del Estado. Ya lo hizo en la sesión del lunes, cuando aseguró que fue el expresidente del Gobierno Felipe González quien, a través de un intermediario, le pidió que interviniera en la guerra familiar de los herederos de Luis García-Cereceda, el promotor que levantó la urbanización de lujo La Finca en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Pese al supuesto carácter oficial de este trabajo, Villarejo se embolsó presuntamente 362.000 euros por este encargo.
Sin embargo, el comisario ha centrado gran parte del testimonio en atacar al marido de Ana Rosa Quintana, quien se sienta con él en el banquillo de los acusados. Juan Muñoz y su hermano Fernando confesaron este lunes ante el tribunal que pagaron al comisario 20.000 euros en metálico por conseguir información comprometedora de un exsocio del segundo y de su abogado, y que a cambio recibieron un informe y dos vídeos en los que el letrado aparecía supuestamente consumiendo droga. Los hermanos Muñoz habían llegado a un acuerdo con Anticorrupción para, a cambio de reconocer los hechos, esta reduzca su petición de pena de los ocho años de cárcel iniciales a 11 meses.
Villarejo aseguró que aceptó aquel encargo por su amistad con la popular presentadora, quien le había pedido que le ayudase porque su marido y la familia de este tenían un problema “de facturas falsas para conseguir dinero en efectivo para corromper para licencias de obras” para la constructora que tenían. El comisario, que ha calificado la decisión de Juan Muñoz de colaborar con la justicia de “impresentable, obscena, y cobarde”, ha insistido en que él no cobró nada por ese dinero y que el dinero que le entregó el marido de la periodista fueron para dos supuestos agentes del CNI que colaboraron con él en ese asunto.
Durante su declaración, Villarejo ha intentado restar valor a los dos vídeos que facilitó a los empresarios para que estos extorsionaran a su exsocio y el abogado de este, al asegurar que uno de ellos lo había grabado en 2006 el CNI y él se limitó a obtenerlo en internet, donde estaba accesible. También insistió en que si le facilitó estas imágenes a los hermanos Muñoz no fue para que lo difundieran sino para que lo utilizaran como “rearme moral”.